Editorial: Marvel Comics
Fecha de publicación: Julio de 2004 a Diciembre de 2004.
Autor: Joss Whedon.
Arte: John Cassaday
Reseña: El Buen Ñoño Wise
Esto ya me ha pasado antes: reseñar una obra tantas veces leída, releída y alabada se siente como intentar vender un periódico de un mes atrás. Sin embargo, pienso que algo nuevo caerá en estas páginas. Una buena narración nos traspasa como la luz a un prisma, y si entregamos testimonio de ella habrá colores nuevos y aproximaciones frescas. Espero estar a la altura.
Vamos allá.
“Astonishing X-Men” es la colección central de los mutantes que recoge la historia donde la dejó Grant Morrison con sus New X-Men, ya que los otros dos títulos que reúnen a los pupilos de Xavier son cuando menos olvidables. Los cambios en el statu quo dejados por el británico son conocidos, pero si no han leído su run quizá se sientan algo perdidos al abordar la presente lectura, y preguntando qué pasó con Jean Grey, por qué Cíclope es pareja de Emma Frost, o dónde está Charles. Las respuestas se encuentran en la etapa del calvo, que espero alguna vez reseñar con lujo de detalles ya que fue el despertar de una franquicia largamente dormida, y que Whedon llevó a la plena conciencia con ojos abiertos de par en par.
Bastan pocas páginas para captar el estilo del autor, especialmente si lo conocemos de otro lado. Los diálogos inteligentes y adultos, cargados de humor y con una chispa sabiamente administrada son el sello de este primer arco argumental. Igualmente, Whedon da prueba de su conocimiento comiquero al homenajear sutil pero continuamente a sus predecesores en los relatos mutantes, aunque su fuerte es la estructuración de personalidades a través de la interacción entre personajes. Destaca en este aspecto la tensa relación entre Emma y Kitty Pryde, con una ex-reina blanca genialmente abordada en su deliciosa mezcla de clasismo, sensualidad, narcisismo, altruismo, refinamiento y culpa mal sublimada, constantemente en choque con una Kitty aún impetuosa pero a cargo de su vida, ahora dulce y risueña para luego sacar las garras y devolver sin asco las pesadeces de Frost. Otro vals dialéctico igualmente exquisito es el clásico Scott/Logan, que logra transmitir con éxito esa sensación de respeto ganado a lo largo de los años, a pesar de las profundas diferencias. Da la idea de que se podrían partir la cara, pero al momento de necesidad se cubrirían las espaldas arriesgando la vida. Honor entre guerreros muy distintos con un objetivo en común. No obstante, con Jean recientemente muerta y Summers compartiendo cama con Emma, algo así se veía venir:
¿Realmente podemos culpar a Scott? Yo lo entiendo totalmente.
Pero vamos al argumento: todo arranca con Scott y Emma como los nuevos directores de la Escuela de Xavier para Jóvenes Dotados. El resto del equipo docente estará conformado por Hank McCoy y Logan, más la última adquisición del plantel: Kitty Pryde, quien regresa a la mansión luego de un tiempo fuera. Entre los cinco intentarán retomar sus dos roles fundamentales: por un lado ser profesores y guardianes de nuevas generaciones de mutantes, en la esperanza de que estos sean los gestores de un mundo mejor y más inclusivo entre ellos y los humanos el día de mañana. Por otro lado, llevar a los X-Men como equipo a un nivel superheróico distinto, al intentar inspirar confianza tal como lo hacen Los Vengadores y Los 4 Fantásticos. Sin embargo, una cosa son las intenciones y otra muy distinta los resultados, especialmente si gracias al libreto podemos ver la complejidad de la interacción humana con lente aumentado. ¿El conflicto, punto esencial de toda historia? De momento, algo que nos suena a refrito gracias a la pobre película “X-Men: The Last Stand”: una cura al gen mutante, esta vez presentada de manera correcta, con todas sus implicancias éticas y de conflictos personales. Además, una amenaza extraterrestre se mueve en las sombras.
Sip, una clara referencia a Harry Potter. Así de genial es este volumen.
Este primer arco traducido como “El don”, cuyo nombre original es “Gifted”, nos habla precisamente de los dotes increíbles de quienes comparten el gen mutante, pero también de otro don coloquial que humanos y mutantes pueden compartir: la inspiración a ser mejores, a crecer. Y aquí otra corona de laureles para el guionista. Cuando hablamos de desarrollo de personajes habitualmente nos referimos a una profundización adecuada de sus características de personalidad, de modo que los conozcamos un poco más, pero también de algo un poco más arriesgado aunque altamente fructífero si es bien llevado a cabo: el hacer pasar a dicho personaje por crisis vitales que no sólo lo hagan reflexionar y luego actuar, sino que lo hagan crecer o caer, demostrar aprendizaje o falta de este, y que en consecuencia lo definan aún más. Aquí cada uno de estos nuevos y resumidos X-Men tiene un avance notorio, con bastante recorrido, pero eso se verá más adelante. De momento estos 6 números que giran en torno a Kitty son frescos como un amanecer, trayendo algunas sorpresas de continuidad, un regreso justo y reparativo, y un enfoque distinto que a pesar de ser tan necesario se hizo extrañamente placentero en su novedad. Como alguien dijo por ahí, Whedon es especialista en darnos lo que queremos pero no lo que esperábamos.