MONSTER (モンスター)
Editorial: Big Comic Spirits
Fecha de Publicación: 1994 - 2001
Guionista: Naoki Urasawa
Dibujante: Naoki Urasawa
Volúmenes: 36
Reseña: Ñoño Cool
"El monstruo sin nombre"
Hace mucho, mucho tiempo, en un país muy lejano vivía un monstruo sin nombre. El monstruo deseaba un nombre. Y lo deseaba tanto que apenas podía pensar en nada más. Un día el monstruo emprendió un viaje para buscar el nombre que tanto anhelaba. Pero el mundo es demasiado grande. Y por ello el monstruo decidió dividirse en dos. Una mitad se fue al este. Y la otra, hacia el oeste.
La mitad del monstruo que había ido al este encontró pronto una aldea
– Oye herrero, quiero que me des tu nombre -lanzó el monstruo
– ¿Pero qué tonterías dices? No pienso dártelo -replicó el herrero, incrédulo.
– Si me das tu nombre, me introduciré en tu cuerpo y te otorgaré toda la fuerza que te falta -prometió el monstruo.
– ¿En serio? Bueno, pues si de veras vas a hacerme más fuerte, adelante es tuyo– respondió el herrero.
Entonces el monstruo se introdujo en el cuerpo del hombre.
A partir de ese momento el monstruo se convirtió en Otto el herrero.
Otto era el más fuerte de la aldea, sin embargo un día…
– Mírame… mírame… ¡Mira qué grande se ha hecho el monstruo en mi interior!
Grush, grush, ñam, ñam, gruupmf, grumpf..¡plaf!
El monstruo que tenía mucha hambre se había ido comiendo al herrero hasta acabar con él. Y así fue cómo se quedó otra vez sin nombre.
Al poco tiempo, lo intentó con un zapatero llamado Hans.
Grush, grush, ñam, ñam, gruupmf, grumpf..¡plaf!
Al comérselo volvió a quedarse sin nombre.
Lo intentó también con un cazador llamado Thomas, pero…
Grush, grush, ñam, ñam, gruupmf, grumpf..¡plaf!
Como era de esperar se lo comió también y volvió a quedarse sin nombre.
Al final, el monstruo decidió buscar un nombre en el interior del castillo.
– Si me das tu nombre, pequeño, yo te haré tan fuerte como un roble -le dijo el monstruo al príncipe del castillo.
– Si logras que me recupere y me hace un niño sano y fuerte, mi nombre es tuyo-replicó el príncipe enfermo.
Y así fue cómo el monstruo se introdujo en el interior del príncipe.
Y éste se curó milagrosamente.
El Rey estaba de lo más contento.
– ¡El príncipe se ha curado! ¡El príncipe se ha curado! -se regocijaron todos.
Al monstruo le gustó el nombre del príncipe. Y la vida en el castillo le gustó también. Por eso, y aunque se moría de hambre, hizo esfuerzos por contenerse.
Un día tras otro, cuando le acechaba el hambre se contenía y esperaba paciente a que pasara.
Pero un día el hambre era tan acuciante que el monstruo no pudo más…
– Mírame… mírame… ¡Mira qué grande se ha hecho el monstruo en mi interior!
Y entonces se comió al Rey y a toda la corte de una sentada.
Grush, grush, ñam, ñam, gruupmf, grumpf…¡plaf!
Un día el principito huérfano se encontró a la mitad del monstruo que había ido hacia el oeste.
– Ya tengo nombre. ¿Sabes? Un nombre muy bonito.
El monstruo que había ido hacia el oeste le dijo:
– ¿Para qué sirve un nombre? Sin nombre también se puede ser feliz. Mírame a mí, soy un monstruo sin nombre.
Y entonces el príncipe se comió al monstruo del oeste. Pero se sintió muy, muy triste:
Cuando por fin había conseguido un nombre…
– …no queda nadie que me llame para recordármelo… con lo bonito que es mi nombre… Johan…
Franz Bonaparta.
Monster. No importa cuántos párrafos le dedique a este manga, se que al final serán pocos y me quedaré con cosas en el tintero. Es una obra de una calidad tan increíble que supera a otras obras maestras de la industria por lejos, con un guión atrapante, construido con experto manejo de la tensión extrema, muchos giros argumentales que te tomarán por sorpresa, y personajes carismáticos, complejos, misteriosos como pocos. Además el enorme rigor a la hora de hablar de hechos históricos, políticos, geográficos y más, le agrega una nueva dimensión a su narrativa.
El factor decisivo que para mí la vuelve tan grande es que los dilemas psicológicos y morales presentados a lo largo de todo el guión no se traicionan a sí mismos dándonos un final feliz dulzón, pues nuestro mangaka prefiere mantenerse firme a sus planteamientos en vez de doblarlos para que quedemos contentos despidiéndose en cambio una nota tan sombría como necesaria. Esto es lo que transforma a Monster en un clásico de clásicos que no solo el otaku promedio, sino que el lector que disfrute de contenido inteligente y de calidad debería leer al menos una vez en su vida.
Creado por el maestro del manga Naoki Urasawa, Monster es un seinen que entra en el género de suspenso, nos cuenta la historia de cómo un doctor con un estricto e irrompible código de ética y moral ayuda sin querer a dar rienda suelta al más cautivador y temible de todos los monstruos hecho hombre, y su cruzada por detenerlo.
Nuestro protagonista es el doctor japonés Kenzou Tenma, quien a pesar de ser muy joven, se ha transformado en uno de los neurocirujanos del país, y el más notorio en el Hospital Memorial Eisler de Düsseldorf, Alemania. Este centro de salud es tan famoso y respetado que todas las figuras importantes ya sean de la música, cine, política, etc se trasladan ahí para ser atendidos. Todo brilla para Tenma, e incluso tiene un futuro matrimonio planeado con Eva Heinemann, la hija de su jefe y director del hospital.
Kenzou ama su lugar de trabajo y lo considera un sitio de perfecta integridad, hasta que un día un turco de clase baja que se accidentó en su trabajo llega a la sección de urgencias por una lesión en su cabeza, y necesita operación inmediata; Tenma quiere encargarse de eso, pero Heinemann le dice que no, porque hay un paciente millonario famoso – cantante de Ópera – que necesita ser tratado de inmediato por el mejor neurocirujano del lugar, a pesar de haber llegado después del hombre turco; y todo esto porque su recuperación le dará más fama al centro hospitalario.
Atendido por manos menos capaces, el inmigrante no sobrevive a la intervención y su viuda llorando le reclama al doctor que si él lo hubiese atendido seguiría vivo. Esto hace cuestionarse todo lo que creía de sus compañeros de trabajo y jefe directo, y su propia moral por hacerles caso en primer lugar. Gracias a estas dudas, cuando se encuentra con un niño con un balazo en la cabeza está agonizando y le ordenan que atienda a un político influyente que llegó después en su lugar, Tenma esta vez desobedece y atiende al chico, llamado Johan.
Gracias a su privilegiado talento él sobrevive ante toda expectativa, pero el político no tiene tal suerte y fallece, dándole un golpe gigantesco al prestigio del hospital. El director furioso lo pone en el puesto más bajo posible sin posibilidades de ascender como castigo, y su futura esposa Eva le abandona burlándose de él inmediatamente de aquello. Lleno de una ira nada típica en él, ya que cree haber hecho lo correcto y que su tragedia viene de manera gratuita, va hacia la habitación donde duerme el niño al que ha salvado y como nadie le oye, ruega para que la gente que le hizo esto muera.
¿Cómo podrían ir peor las cosas para nuestro protagonista? Pues sus plegarias son escuchadas y Heinemann aparece asesinado en su oficina. El doctor pronto se dará cuenta de que el niño al que ha salvado era un frío asesino sin conciencia y con su propia sombría mirada del mundo, y había ido a parar al hospital porque su propia hermana gemela le había disparado en el cráneo para detenerlo. Sumando dos más dos, también llega a la conclusión de que él fue quien mató a su jefe por petición suya.
Pasan nueve años. Tenma se encuentra nuevamente en un buen lugar profesionalmente hablando, la hermana de Johan ha crecido y vive bajo una nueva identidad, pero el asesino ahora crecido parece presentar una obsesión por ella y fuerza su reencuentro, mientras tanto comienza a matar gente a diestra y siniestra sin dejar ninguna sombra de rastro. La policía recordando las muertes del pasado y asociándolas con estas, creen que es Kenzou el que está detrás de todo y le dan caza sin tregua.
Como prófugo de la ley, quienes piensan que es víctima de una doble personalidad que lo hace matar sin que conscientemente lo sepa, Tenma deberá correr por el mundo buscando al verdadero responsable y detenerlo, pues se siente extremadamente culpable de haber auxiliado a un monstruo quien tanto daño hace. En el camino irá ejerciendo de médico clandestino para salvar a todos los que se encuentren en necesidad, porque su Juramento Hipocrático se lo impone… pero es ese mismo juramento el que deberá romper si quiere ponerle un alto definitivo al peligroso ser al que hace 9 años salvo de la muerte. ¿Será capaz este doctor de acabar con una vida cuando toda la suya se las ha pasado salvándoles?
Así comienza la obra de Urasawa, una obra maestra en toda regla y por donde se le mire. Tal como cualquier de los mangas que irá sacando más adelante, contiene una retroalimentación en cuanto a las influencias y ciertos elementos que se repiten de uno a otro; así como 20th Century Boys bebió de las temáticas de Monster y tomaba prestado algunos planos visuales y escenas; la misma Monster contiene rastros de Master Keaton. Esto se puede ver en los parecidos físicos entre sus protagonistas, así como que ambos son trotamundos por Europa - aunque claro, uno es un investigador y el otro un prófugo de la ley – y en el uso de la misma realidad sociopolítica, situada en el Viejo Continente a finales de plena Guerra Fría y con las Alemanias divididas.
Es el interés de Urasawa por la cultura y sociedad europea de occidente lo que nos pone en Alemania Occidental, específicamente en el Düsseldorf de los 80, cerca del Rin, donde el fantasma de Hitler y sus nazis seguían cazando a cada uno de los escenarios por los que nos moveremos. La realidad histórica de esa época está plasmada de maravilla; en especial la República Federal de Alemania (RFA) como la mitad rica, industrializada y llena de prestigio a las que todos los exiliados de la pobre, subdesarrollada y demacrada República Democrática de Alemania (RDA) que conseguían huir de los soviéticos y el comunismo aspiraban a llegar.
La manera en como retratan como se vivía en la RFA desde la polémica que sucedió cuando Bonn pasó a ser capital del país en vez de la poderosa y próspera Fránkfort absorbiendo el poder político y como el poder económico se concentró en la capital regional Düsseldorf transformándola en la ciudad más importante del país; hasta la masiva llegada de inmigrantes de Yugoslavia y Checoslovaquia que sufrían regímenes sanguinarios por parte de los soviéticos y la petición de la RFA de traer mano de obra extranjera de países como Grecia, España, Portugal y por supuesto Japón – así es como Tenma llega a ser un nipón de sangre pura residente en Europa – para mejorar el rendimiento de sus empresas; e incluso el verdadero éxodo desde Turquía hacia Alemania, su ex aliado en la primera Guerra Mundial cuando aún eran el Imperio Otomano, formando verdaderos guetos turcos a lo largo de todo el país volviéndose hasta el día de hoy una de las etnias a integrar en la nación dado el racismo del que aún son víctimas y más aún en la época donde está ambientado el manga; todo eso está plasmado en nuestra historia para entregarle un enorme y cuidadísimo sentido de realismo y crudeza, que no deja de ser un aspecto fascinante de mencionar porque el construir algo así de históricamente detallado es un logro en si mismo al igual que el desarrollo del guión, personajes y dibujo.
Tenma se mueve por todo este contexto histórico, y como fugitivo se ve forzado a moverse por los guetos y barrios bajos del país. Aquí es donde vemos como muchas mujeres turcas incluso con hijos a cuestas eran forzadas a volverse prostitutas de segunda clase para poder comer, y las vírgenes eran víctima de tráfico de blancas; mientras que las mujeres checoslovacas eran prostitutas de primera clase, mercancía de lujo, por su parecido físico con las alemanas, cosa que en un país tan racista como lo eran en esa época, importaba mucho. Kenzou tendrá que aprovechar todo el contexto sociopolítico anteriormente mencionado – condiciones, no personas, Tenma jamás haría eso con un ser humano - y aprender a utilizarlas a su favor para escapar de la justicia antes de lograr su meta, haciéndose amigo de los necesitados y ganando aliados en el camino.
Desde el comienzo la historia es cautivadora, inquietante y misteriosa, con una narrativa que combina aventuras autoconclusivas con un guión continuado que ata cada situación de alguna forma. Cada palabra, cada viñeta y cada página se mantienen de una altísima calidad que nunca baja. Los diálogos son siempre memorables, las situaciones interesantes, los personajes atrayentes y jamás suelta esa tensión en el aire hasta la viñeta final del último volumen.
Tenma es un hombre que no sabe si está buscando venganza o justicia, un alma pura y amable, que vive por los demás y jamás puede hacer la vista gorda ante una tragedia lucha contra sus propios principios éticos para acabar con el criminal más carismático y brillante que haya pisado la Tierra. Vemos lo arraigado que tiene el Juramento Hipocrático en su mente y como este lo guía por Alemania siendo un salvador clandestino de vidas que solo busca acabar con una ¿será capaz de traicionar todo lo que cree por un bien mayor? Ese es su eterno dilema, y no está seguro de poder lograrlo.
Se embarca en una cacería donde ambos Kenzou y Johan son presa y cazador, y para poder tener una oportunidad de ganar necesitará reconstruir el pasado de alguien que aparentemente no lo posee. Y antes de poder culminar su meta, en el viaje deberá solucionar ciertos aspectos de su vida, lidiar con nuevas y diferentes amenazas, ganar aliados y más cosas alejadas de la trama principal que en vez de entorpecerla o detenerla, solo la enriquecen más y más.
Johan como villano es malditamente aterrador. Con una y una personalidad cautivadora al máximo que atrapa a sus víctimas en una red de araña y los seca, sacándoles hasta el más mínimo detalle de sus vidas, y así cuando los asesine todo el escenario llegue al nivel de perfección necesaria para que todo parezca natural, obra de la casualidad o de alguien totalmente distinto a él alejándose de toda sospecha. Y hablando de terceros, Johan busca los puntos débiles de la mente de otros asesinos seriales peligrosos en extremo para que ellos maten por él, su mayor arma es su sonrisa y sus palabras el puñal con el que acaba con el mundo.
Nuestro exquisito villano posee otros factores que le vuelven aún más interesante, como una belleza física tan ambigua como fascinante que hará que se vista de mujer en más de una ocasión para lograr sus metas al entrar en la vida de quien sea por los medios que sean; y claro, su mente brillantemente demencial, y que se escapa de nuestra lógica pues funciona con la propia. Además, su obsesión enfermiza con su hermana gemela será el misterio más alarmante y perturbador de todos, pues el motivo de esto es tan simple y a la vez tan complejo que fue la pieza clave para que Johan se transformara en lo que es hoy en día.
Otro punto histórico aquí servirá para la base de nuestros villanos secundarios, quienes quieren a Johan para ser el nuevo Hitler 2.0 y pretenden usarlo a su favor. Me refiero obviamente a los nazis, quienes vivían ocultos entre el pueblo alemán por ese entonces luego de su derrota a manos de la Unión Soviética.
Aquí los presentan como los herederos de Airbert “Doctor Muerte” Heim en cuanto a pensamiento, pues ellos en medio del Holocausto iniciaron grotescos experimentos que incluían vivisecciones, tortura de gemelos, etc para tener base científica sobre la cual justificar eutanasia, esterilización, asesinato de enfermos mentales, y poner la eugenesia aria como base de su mundo. Además de Goebbles, pues nuestros nazis en este manga amplían estos parámetros y le suman experimentos parapsicológicos de control mental como Goebbles planeaba, crear un lugar donde un solo líder gobierne a masas obedientes en un mundo de perfectos hombre arios.
Y serán estos últimos los que darán la base del argumento de Monster para justificar como Johan llegó a ser quien es, ese “superhombre” psicológicamente hablando, superior a Hitler en cuanto a manipulación y carisma que tanto buscaban. Pero lo que no saben es que él es quien los está manipulando a ellos como a otras decenas de personas, pues Johan no quiere controlar la humanidad, sin destruirla.
Entre nuestros héroes también tendremos otro hombre, el inspector Runge de la policía de Alemania. Es un hombre dueño de una inteligencia sin igual y atención por los detalles que rivaliza a cualquier detective de la ficción, y tan apegado a su trabajo que se ha vuelto el único aspecto de su vida al que le dedica tiempo, por esto su hija no le habla y su esposa lo abandona por otro hombre. Pero no está del lado de nuestro querido doctor, pues cree que Tenma es un enfermo mental con doble personalidad, y su lado asesino es el que se conoce como Johan; por esto ha vuelto la cruzada de su vida atrapar a quien cree capaz de tales atrocidades.
Gracias a esto, solo Tenma y los escasos aliados que irá haciendo en el camino, junto con el mismo lector seremos quienes sepan la verdad, que Johan es una persona diferente a Kenzou, ya que el resto del mundo considera a este íntegro hombre como el criminal más buscado del país y toda Europa. Tal como en muchas historias de gente inocente siendo prófugos de la ley como Harrison Ford en la película “El Fugitivo” el espectador se verá lleno de impotencia a la hora de ayudar a nuestro protagonista y como se le achacan más y más cosas encima sin que podamos gritar la verdad, pues nuestras alegaciones caen en oídos sordos. Es esta sensación de no poder ayudar lo que hace crecer más la tensión, y por ende el nivel de apego con la trama.
Las presencias femeninas en la historia igual son puntos de interés, en especial desde que punto parten y como van evolucionando en el camino. Nina – la hermana de Johan – es una chica siempre optimista, llena de bondad, ingenuidad y fe en el futuro, pero con todo lo que le va pasando tendrá que aprender cómo defenderse, disparar un arma de fuego o incluso entrar en el juego de la seducción si quiere sobrevivir, aunque claro, mantiene firme todos sus valores y características básicas con las que comienza el viaje, no importa lo mal que vayan las cosas, ella no se corrompe.
Eva Heinemann por otro lado es todo lo contrario, comienza como una dama de la alta sociedad que mira a todos los pobres como criaturas inferiores y su orgullo, dignidad y dinero la definen como persona; cuando las cosas comienzan a ir mal para ella y pierde su riqueza, y ahí se da cuenta que Tenma fue el único hombre al que ella amó y lo quiere de vuelta. A medida que se hunde más y más en su propia miseria económica y como persona va acostándose con todos los hombres que pueda por algo de contacto humano, dinero o una victima a manipular, y se vuelve una adicta al trago. El camino que ella recorre será uno de lenta autodestrucción y mientras más conoce el rechazo de Kenzou crece más egoísta y quiere vengarse de él y para ellos romperá los límites necesarios y las cosas más horribles a su alcance, aunque desesperadamente lo sigue amando.
Ambas serán extraños intereses románticos para nuestro protagonista, ya sea porque una lo busca para que caiga con ella al abismo, y la otra como un aliado de las circunstancias, pero no es un triángulo amoroso, pues nada de lo que sucede entre ellos podría interpretarse como amor o siquiera cariño real. Monster es lo suficientemente inteligente para saber que esos clichés de telenovela no van con él, y por esto las emociones presentes siempre son la rabia, culpa y conflictos internos con la propia humanidad de los personajes, quienes irán explorando sus verdaderas naturalezas.
En cuanto al dibujo, este puede ser el mejor trabajo técnico de Urasawa. Con sus magnífico uso de luz y sombra salido de las películas más clásicas en blanco y negro de Orson Wells, un uso de la tinta pocas veces igualado, detalles sublimes, planos que se van del dibujo lineal tradicional, una gran técnica para mostrar las emociones de cada personaje en ella, un impecable diseño en cuanto a la arquitectura de los lugares en lo que nos movemos tan perfecto que pareciese que nos encontramos en ellos junto a Johan y Tenma; incluso hay detalles interesantes como escenas donde todo mundo está lleno de angustia y pena y una suave música proveniente de algun lado rompe este ritmo. Con Moster Urasawa demuestra que es un artista completo en todos los aspectos en lo que a realización de manga se refiere.
Monster es un vistazo dentro de la naturaleza de la humanidad, que habla del el poder del nombre que nos entregan nuestros padres para que podamos ser personas visibles en la sociedad, y nos deja visualizar ambos lados de la moneda, desde los rincones más asquerosos, repulsivos, abominables y oscuros de nuestra esencia, hasta las acciones llenas de abnegación, humildad, compás moral inquebrantable y capacidad de hacer el bien. Y los dos lados son igual de atrayentes, en especial cuando resultan mezclados o enfrentados entre si.
Además, este manga tiene un anime publicado desde el 2004 al 2005 que lo adaptó religiosamente al pie de la letra, al punto de que siempre 4 capítulos del show eran un volumen del manga en cantidad exacta, dándonos 75 capítulos en total. Cada cosa está respetada hasta la obsesión, desde la estructura hasta la reproducción exacta de las escenas, este es una de las ocasiones donde el anime es tan bueno como el manga, y si has visto/leído uno, es casi como si hubieses experimentado ambos.
Posee una calidad de animación altísima, su opening es memorablemente inquietante y el ending es una obra de arte, ya que nos pone trozos del cuento de Franz Bonaparta que avanzan a medida que avanzan los capítulos, acompañados por una melodía desoladora, y que te dará escalofríos. Y como no pude encontrar el anime completo en un idioma integral, lo experimenté en japonés con subtítulos, español ibérico y español de Latinoamérica, y los 3 presentan un gran trabajo en lo suyo… aunque si tuviese que elegir diría: original, latino y finalmente ibérico. Pero es una percepción muy personal y no sé si realmente objetiva.
El final para muchos será tal vez algo desconcertante y les defraude, pero esto era INEVITABLE dado en cómo se comportaban ambas fuerzas opuestas en el campo moral, ambos y especialmente Tenma demuestran lo fieles que son a lo que representan y por ende la cosa no podría terminar en un felices para siempre y si en la nota más sombría posible y necesaria. Yo ya he visto el anime 2 veces y me he leído el manga 1 vez y media, y nunca me canso, sinceramente es una de las obras maestras más magistralmente compuestas en todos los géneros y medios de arte de la industria nipona. No puedo recomendárselos con más fuerza, y créanme que si son fans del buen manga, o del buen contenido en general, esto será una maravilla que atesorarán por siempre.
10/10
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