I HATE FAIRYLAND #1 - 5
Editorial: Image Comics
Fecha de Publicación: Octubre 2015 - Abril 2016
Guionista: Skottie Young
Dibujante: Skottie Young, Jean-Francois Beaulieu
Reseña: Ñoño Cool
Muchos de nosotros nos hemos topado con esos mundos infantiles de fantasía, que salen en los cuentos de hadas o los shows televisivos para niños de Disney o Discovery Kids, cosas así, donde todo es perfecto, más dulce que el almíbar y cada habitante siempre tiene una enorme sonrisa y está lleno de positivismo… ¿no les enferma eso y quisieran matarlos en la peor y más dolorosa forma posible? Si tu respuesta es SI… este comic es lo tuyo.
Si les gusta ese sketch de The State donde uno gritaba al aire que tenía problemas matemáticos básicos o no conocía el abecedario para que vinieran Muppets en su ayuda y así los cazaba y se los servía a sus amigos para cenar sin que sospechasen; o los Happy Tree Friends, las tiernas criaturas que mueren en las formas más brutalmente gore imaginables por las mentes más enfermas; les encantará I Hate Fairyland pues posee el mismo espíritu grotescamente hilarante.
Skottie Young y su dibujo caricaturescamente infantil es quien se pone manos a la obra para descuartizar la lindura y bondad extrema que ha abusado de los cínicos por tanto tiempo, y con un hacha en mano junto a su lápiz, corta y mutila los estereotipos habituales en una sátira llena de la más pura y dura “mala leche”... aunque no exenta de cariño, en cierto modo.
Esto porque para poder destruir un mundo primero tienes que saber cómo construirlo lo suficientemente sólido y reconocible, y Young lo hace sin dramas. Conoce no solo cosas clásicas como el Mago de Oz, Alicia en el País de las Maravillas y demases, sino que un buen saber de como funcionan los programas infantiles y lo duro que es soportarlos, pues el hombre tiene un hijo pequeño… y los que hemos vivido junto a un niño de corta edad sabemos que nos esperan horas y horas de ver esos shows educativos tan dulzones donde la protagonista te hace mil y una preguntas y se queda en silencio esperando que tú le respondas, sale con una canción melosa o más, todo se resuelve con una sonrisa o el poder del amor y la amistad y los problemas más grandes a veces son no saber si la cosa es un triángulo o un cuadrado; a veces tienes que ver el mismo capítulo de la semana pasada, o el día anterior… o hace 3 malditas horas.
Por eso Skottie se plantea el cómo reaccionaría un adulto normal luego de escuchar mil veces esos acertijos, pasar siempre por los mismos repetidos esquemas y nunca resolver nada. ¿Dora la Exploradora estrangularía al mapa luego de que este le cante la misma melodía por la 800va vez este mes? ¿La Doctora Juguetes los dejaría a todos descuartizados cuando le vengan con los mismos pedidos y cantasen la misma melodía 3 veces durante un año? Este comic dice que si.
Nuestra premisa es simple: Hay innumerables historias acerca de niños se van a un mundo de fantasía donde tienen aventuras milagrosas y encuentran todo tipo de criaturas extrañas pero amigables antes de volver a casa después de haber aprendido algunas lecciones valiosas de la vida. Sin embargo ¿Qué pasa si ellos no regresan? ¿Qué pasa si están atrapados ahí por siempre, lejos de su mundo, incapaz de volver a casa durante años?
Esa es la posición en la que Gertrude encuentra a sí misma. Cuando pequeña deseo ir a un mundo fantástico donde todo fuese magia y risas; y cuando este se cumplió literalmente cae en ese mundo de bruces y a pesar de que todos están sonriendo todo el maldito tiempo, nadie es realmente útil en decirle como llegar a casa (o arreglar las muchas heridas que sufrió al caerse). Pide irse a casa pero la Reina Cloudia no la deja si es que antes no le trae una llave mágica, y para encontrarla le pasa un mapa de lo más incomprensible.
Después de haber estado atrapada en Fairyland por casi treinta años gracias al estúpido mapa, solo ayudada por su acompañante tipo Pepe Grillo llamado Larrington Wentworth III; su cuerpo sigue igual que el de una niña de 8 años pero mente ha crecido y madurado, volviendose bastante irritable sobre cualquier cosa en él. Su exuberancia infantil se ha torcido en un aburrimiento total y una sed de sangre tal que está dispuesta a matar a todos los soldados de la luna y comerse la cabeza de cualquier hombre hongo que se le presente.
Se la pasa diciendo palabrotas a cada momento… aunque como nunca aprendió una en el mundo real, son insultos de cuentos de hadas que sacan más de una carcajada; así como cortando el cuello de quien la mire tiernamente en este maldito mundo tan alegre. Esto la hace extremadamente peligrosa, y un blanco de la Reina Cloudia quien ahora quiere su cabeza y mandará a sus agentes más letales a lograrlo.
Nuestro guionista satiriza todos los tópicos posibles de estos relatos fantásticos, como objetos inanimados que cobran vida, tienen rostro y hablan como lunas, soles, tazas, cucharas, etc… solo para que Gertrude los haga pedazos con un cañón o un cuchillo; y hay que aplaudir las reacciones que un mundo como este tendría ante una conducta similar a la que vez en los peores y más violentos films de la industria.
Cada una de las desfortunas de nuestra protagonista están fantásticamente escritas, con una creatividad enorme, y siempre tendrás una risa asegurada por página al menos, apoyando la comedia en chistes verbales o visuales, o combinando ambos para mayor efecto. Hay momentos donde me carcajeé viendo a quien sería la próxima víctima de nuestra sádica mujer en cuerpo de niña.
En lo que a lo visual se refiere Young sigue entregándonos su estilo particular y distintivo, ese que es para todas las edades, casi infantilón y muy tierno; y aquí le da un vuelta de tuerca hacia lo grotesco, y con violencia de lo más cruda y cruelmente detallada.
Gertrude tiene una mirada loca casi constante en sus ojos. Las imágenes y los sonidos Fairyland realmente han hecho mella en ella. Ella se rompió y se nota. Ella nos regala muchas expresiones faciales maníacas a lo largo de estos comics. Le faltan un par de dientes, que es totalmente normal para un niño pequeño, pero aquí añade alguna manera a su estilo demencial, especialmente cuando una sonrisa enloquecida se extiende por su cara.
Todo está hermosamente dibujado… digo, muéstrenme unos faunos zombies despedazándose el uno al otro mejor que aquí; o una alucinación superior a la que Gertrude tiene luego de devorarle el cerebro a los hombres hongo y les compro una cerveza. Es como un “¿Qué pasaría si mostrásemos las consecuencias reales de lo que le pasa al Coyote siguiendo al correcaminos?” a la hora de mostrar el daño, pero a diferencia de Evangelio del Coyote, aquí se mantiene el tono caricaturezco para darle un efecto de crueldad que entregue más risas.
I Hate Fairyland es lo que The Unfunnies de Millar era a los dibujos de la Hanna Barbera y los Looney Tunes… pero bastante mejor trabajado a mí gusto. Es graciosa, hilarante en momentos, llena de humor negro que se asemeja a lo que veríamos en Invasor Zim por ejemplo, tomando los clichés de aventuras para niños por el cuello, pateándole las pelotas y luego arrancándole el corazón y comiéndoselo en frente suyo. Creo que si están tan cansados como yo de las caricaturas de su hijo pequeño o hermano menor, IHF es un buen descanso que les alegrará el día.
9/10
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