SUPERIOR - MARK MILLAR
Editorial: Icon Comics (Marvel)
Fecha de Publicación: 2010 - 2012
Guionista: Mark Millar
Dibujante: Leinil Francis Yu
Reseña: Ñoño Cool
“Simon Pooni es un chico de doce años aquejado de esclerosis múltiple al que un buen día se le aparece en su habitación un mono mágico vestido con un traje espacial llamado Ormon. Este le concede un deseo muy especial y le invita a esperar una semana para explicarle todo. En ese mismo momento el pequeño y enfermo chico se convertirá en el poderoso Superior, el famoso superhéroe de los cómics y las películas interpretadas por el actor Tad Scott, y dedicará su segunda oportunidad a ayudar al mundo y evitar todo tipo de conflictos y desastres naturales.”
¡Por fin puedo hablar de este comic! lo leí hace años pero había olvidado su nombre y esperaba una chance de recordarlo para conversar sobre este en el blog. Es un homenaje hacia los valores de los superhéroes más clásicos, pero también a esas primeras películas en el cine de estos mismos allá por los años 70, y está escrito por mi faceta favorita de Mark, a la que en la reseña de Starlight bauticé como “Reverse Millar”.
Para aclarar, el polémico Millar normalmente es un tipo que entrega historias explosivas, mucha violencia, diálogo cínico y agresivo, humor negro, gore, mujeres planas como personajes y afroamericanos siempre como estereotipos; un tono cinemático de construir su narrativa y el diseño de sus personajes pues cada una de sus obras están pensadas para ser películas (véase Kick-Ass, Wanted o Fan4stic) y cuya trama predomina fuertemente por sobre los personajes, desarrollándolos poco para poder crear algo bombástico y llamativo bañado en testosterona; es estilo por sobre substancia, pero vaya que estilo tan memorable.
Este estilo no es para todos y a mi normalmente me gusta (excepto en cuanto a las mujeres y afroamericanos mal trabajados) y lo disfruto a cabalidad como a Kick Ass u Old Man Logan, pero cansa por repetitivo una vez que le has cogido el ritmo, como pasa con las películas de varios directores de cine por ejemplo como Robert Rodríguez.
Reverse Millar por otro lado es cuando el guionista se restringe a sí mismo y si bien mantiene su marcado estilo, utiliza su creatividad en construir mundos fuera de su zona de confort como pasó con Civil War, o más notoriamente con Superman Hijo Rojo (al que también le dediqué reseña), su etapa con Superman Adventures o Starlight, donde existe mucha sinceridad y nostalgia, además de priorizar el corazón y el espíritu de la esperanza por sobre la violencia, aunque esta existe igual de presente para mantener ese estilo cinemático tan característico.
Nuestro protagonista es Simon Pooni, un niño de 12 años que era un prodigio del basketball pero por culpa de la esclerosis múltiple termina en silla de ruedas y su actividad física se reduce a tal punto que ni al baño puede ir solo, mucho menos acostarse, se siente atrapado en su propia piel como si esta fuese su cárcel.
El chico no puede llevar una vida normal, apenas tiene un amigo restante, el apoyo de sus padres y un montón de comics de superhéroes a los que lee con pasión, su preferido es Superior, de quien también sigue las películas que han salido en el cine durante años. Lo respeta muchísimo dado que devotamente ocupa su tiempo para hacer siempre el bien, jamás mata y es un faro de inspiración.
Le hacen bullying en la escuela por su condición y ya no siente ni siquiera ganas de seguir viviendo más este calvario. Todo esto sigue igual hasta que un mono vestido de astronauta autodenominado Ormon se aparece de la nada anunciando que de entre seis mil millones de personas ha sido elegido para otorgarle un deseo mágico. Su elección: transformarse en el héroe que idolatra con tantas ganas.
Simon se adaptará a sus poderes como vuelo, súper aliento, súper oído, visión calorífica, vuelo y demases; salvará gente, realizará una serie de hazañas como arrastrar trenes o rescatar estaciones espaciales de estrellarse en una ciudad, y tener que vivir bajo esta identidad y las responsabilidades que traen. Verá lo difícil que es lidiar con un deseo aparentemente perfecto, y el peso que esto trae hacia sus familiares, e incluso al actor que interpreta a Superior en el cine ya que el aspecto de Simon como el héroe es calcado a la versión del cine.
El tema de la fábula de “ten cuidado con lo que deseas” es algo repetidísimo y un cliché que se ha estirado al máximo, pero a pesar de eso los resultados y hechos dentro de la premisa hablan por sí solos y hacen que se sienta ganada la lección moral al final. Me gusta particularmente el acercamiento realista donde alguien con los poderes de Superman haría en este mundo, como intentar eliminar la pobreza, el hambre en el mundo, y combatir al terrorismo islámico… pero sin dañar a nadie en el proceso, buenos o malos, gracias a que es un niño inocente todavía.
Millar crea aquí un homenaje a dos superhéroes bien conocidos por su sencillez, calidad moral y espíritu “boy scout” como son el Capitán Marvel (Shazam!) y Superman. Se toman bastantes elementos del primero pero el homenaje es explícito en cuanto al legado del segundo, en especial a sus versiones fílmicas donde Christopher Reeve era el Hombre de Acero y Richard Donner como director, y dándoles las gracias por llevar al ícono con el que muchos crecimos a la realidad.
Para que el homenaje sea completo igual existe una reportera arriesgada que intenta conseguir una entrevista con Superior, pero a diferencia de Lois Lane ella no tiene escrúpulos por hacer lo que sea (como la Lois New 52 supongo) y tiene que encontrar su código ético cuando descubre que Superior realmente es un pequeño niño en muletas que ni caminar solo puede.
Mientras tanto Tad Scott, el actor de las películas de Superior vive un infierno dado que hay un hombre volador que luce como él y como nadie sabe si será bueno por siempre o tiene motivos ocultos, su carrera se trunca y nadie quiere contratarlo. Además de que los periodistas no le dejan tranquilo creyendo que todo puede ser un truco publicitario que él intenta crear. Lo que me gusta es que al final Scott demuestra que es más que un actor, y que a pesar de no tener nada de poderes puede ser un héroe real cuando la gente lo necesita, poniendo su vida en la línea.
La historia de Superior puede parecer trillada, pero gracias a los diálogos, giros, toques actuales de nuestra sociedad, no hace sino parecer un respiro de aire fresco en el panorama comiquero a pesar de ser nada más que una premisa cliché, demostrando que la ejecución lo es todo. La narrativa es fluida, se lee todo rápido y lo disfrutas a cada momento. Tiene toda la exageración superheróica en cada momento, las batallas a puño llenas de adrenalina que uno esperaría, y un acercamiento maduro; pero además un gran sentido de nostalgia e inocencia.
Este comic tiene una magia propia, es uno de los mejores homenajes hechos a Superman como una muestra de que los valores de este héroe pueden funcionar perfectamente en el mundo cínico actual y realmente son necesarios, y lejos el mejor hecho a la leyenda de Christopher Reeve al representar ambas partes de su vida que conocemos abiertamente, alguien atrapado en su propio cuerpo dada una horrenda enfermedad que alguna vez puedo disfrutar poder caminar y volar más que cualquier otra cosa, y por eso nunca abusa de sus poderes ya que para él es un regalo y una segunda oportunidad de vivir. Así como un actor encasilladlo en un rol que carga con la pesada carga de ser conocido solo por un rol, pero que sabe sobrellevarlo sin quejarse.
Superior tiene una magia dentro de sus páginas, nos pregunta qué haríamos nosotros con los poderes de Superman, mientras crea una lectura fenomenal, que nunca para de entretener e incluso tiene giros bastante oscuros y arriesgados en el guión que termina con un final excelente y perfecto para todo lo que veníamos viendo.
Ahora, hay que decir que por muy Reverse Millar que sea la faceta del guionista que nos trae esta historia, sigue siendo Mark Millar. Por eso veremos sangre y palabrotas, además de un tono cinemático clarísimo (dado que esperaba que los derechos fuesen comprados para llevarla al cine, cosa que Matthew Vaughn ya adquirió para eso). Lo bueno es que no es el foco de atención ni lo que atrae al lector como en las obras comunes del autor, sino que lo es el tono luminoso y positivo que se agradece mucho.
En el dibujo tenemos a Leinil Francis Yu, quien si bien brilla por momentos, solo hace lo justo en este comic. Se nota que no le puso demasiado esfuerzo al producto final que ha hecho dado lo inconsistente de su trazo y su narrativa visual bastante estática. Lo positivo es que como dije cumple lo suficiente para que el tebeo salga a flote y pueda transmitir el espíritu del mismo.
Me gusta que sus derechos para ser llevada al cine estén comprados y en algún futuro podríamos verla en la pantalla grande, pues esto sería un verdadero cambio de percepción para los trabajos del escritor y podría abrirle muchísimas puertas más si sigue con este tipo de narrativa en medio de su habitual estilo, como sería una adaptación de Starlight por ejemplo.
En conclusión creo que este es un gran comic, pudo ser mejor si es dibujo hubiese estado a cargo de un artista diferente, pero no me quedo demasiado por el producto final ya que me ha encantado. Es una de las mejores obras de Millar dado lo sincero que se siente todo, y tiene el corazón en el lugar correcto, léanla si tienen la oportunidad.
9/10
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