Año: 2021
Duración: 100 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Joe Carnahan
Guión: Chris Borey, Eddie Borey
Con: Frank Grillo, Naomi Watts, Mel Gibson, Michelle Yeoh
Grado: B+
Reseña: Hugo C
Recuerdo que cuando vi a Crossbones volar en pedacitos en los primeros minutos de Captain America: Civil War (2015), pensé: pucha, qué pena, me hubiera gustado verlo a Frank Grillo en algunas escenas más. El tipo sin duda había sido uno de los puntales del éxito de la estupenda Captain America: The Winter Soldier (2013) y su rápida partida en Civil War fue una desilusión. Pues bien, Boss Level (2021) nos trae un protagónico de Frank Grillo y no sólo podemos volver a ver la película cuantas veces queramos sino que podemos ver las mismas escenas repetirse vez tras vez, como en un videojuego.
Y ésa es la mejor comparación. Sí, es como Groundhog Day (1993) cuando Bill Murray aprendía a tocar el piano repitiendo el mismo día todos los días, pero la experiencia más familiar será tal vez cuando uno jugaba haciendo de Sub-Zero, o de Scorpion, en la recreativa del Mortal Kombat y tras haber sido aniquilado por Goro o Shang Tsung, le aparecía la leyenda "CONTINUE?" en la pantalla y el fatídico contador que le daba escasos 10 segundos para insertar más fichas o presionar el botón para seguir la partida antes del inapelable "GAME OVER". Aunque desde las escenas iniciales la estética de la película nos recuerda inevitablemente al GTA 5.
La misma película te lo subraya, con cero sutilezas, desde los títulos: esto es un juego, un pasatiempo, algo que no hay que tomarse muy en serio. Incluso te va indicando en pantalla la cantidad de "intentos" en cada situación que el protagonista tiene que superar. Eventualmente las cosas se van a poner un poco más serias, pero durante la mayor parte de estos 100 minutos –que se pasan como un suspiro– lo único que puede hacer Roy es ir subiendo de nivel, hasta llegar a la solución del rompecabezas y obtener algunas respuestas antes de los créditos finales.
Epa. ¿Dije Roy? Quise decir Michael. O Trevor. O Franklin. Sí, el personaje se llama Roy Pulver, pero es como ponerle nombre a la bola de la máquina de pinball. En ese sentido, Roy es un homólogo del protagonista de Shoot 'Em Up (2007), un personaje llamado Smith (Clive Owen) cuya función básica en la película consistía en apretar el gatillo y voltear muñecos hasta llegar, también, al jefe final. Sin embargo, la comparación favorece a la película más reciente, que es un poco más divertida, más fluida y menos sórdida. (Dicho de otro modo: a esta película la dirige Joe Carnahan.)
Así que ver Boss Level es como ver una partida de GTA 5, pero con la mecánica de un Street Fighter, o Tekken, o incluso un Sonic o Super Mario. Nótese: ver, no jugar. Lo que implica que si bien es una experiencia entretenida, contiene el potencial para el aburrimiento. Sin embargo, ahí es donde entra a tallar el carisma de Frank Grillo, que le da humanidad a un rol que en manos de otro actor menos dotado –un Van Damme, un Schwarzenegger o incluso el Bruce Willis gruñón y nihilista de estos últimos años– hubiese sido insufrible. Algo similar a lo que logra Bill Murray en la otra película, pero en Groundhog Day el héroe y el villano son la misma persona, así que la comparación es poco feliz.
Porque lo que aún no he explicitado (y ya vamos por el sexto párrafo) es que Roy Pulver se encuentra atrapado en un loop temporal, es decir que, como Murray, está condenado a repetir el mismo día vez tras vez, aunque, a diferencia de éste, puede ir avanzando, subiendo de nivel. Al comenzar la película lo encontramos encarando su intento número 140. El problema de Roy es el que para poder pasar del punto D al punto E, antes tiene que volver a pasar por A, B y C; para pasar del E al F, repetir A, B, C y D, y así. Uno entiende que el muñeco esté un poco mosqueado tras 139 iteraciones en las que termina apuñalado, decapitado, aplastado, en mil pedazos o lleno de agujeros.
Y aún así, nuestro héroe hace tiempo para leer un libro. Es que su esposa, antes de quebrarse el pescuezo en un accidente demasiado conveniente, tuvo tiempo de enviarle un libro para que se fuera entreteniendo en medio de tanto balazo y explosión, y de paso encontrara la pista para quebrar el loop que, a diferencia del de la película de Murray, sólo tiene una cantidad limitada de iteraciones hasta que la estructura del espacio-tiempo se termine de desintegrar por completo. Dicho de otro modo: uno sólo puede poner una cantidad limitada de monedas en la maquinola.
Tal vez la mayor virtud de Boss Level sea que, a diferencia de Groundhog Day, esta película se regodea en las escenas de acción y violencia desaforada con una alegría y un entusiasmo contagiosos. (De nuevo: Joe Carnahan.) Grillo incluso le roba una frase al Capitán América: "Podría hacer esto todo el día", dice, y eso es lo que parece gritar cada fotograma de Boss Level. Por su naturaleza misma, la película es un largo soliloquio del protagonista y los secundarios "de cartel", es decir, los actores de cierto renombre, apenas pasan a saludar, lo que se llama en la jerga hacer un cameo. Así que si bien está Mel Gibson que con esa barba de Papá Noel en Armani no asusta tanto como en la vida real y está Naomi Watts que hace a la vez de Princesa Peach y de explicadora oficial y está Michelle Yeoh que la va de instructora de artes marciales ya que no de piano, es casi como si no estuvieran.
No es una película perfecta, pero por muy poco: a veces con tanto ir y venir uno se termina por marear un poco, y hay un nenito que aporta una casi innecesaria cuota de ternura y sacarina (con énfasis en el "casi") y si nos ponemos a hilar fino podríamos decir que la explicación pseudocientífica es inexistente (aunque hemos escuchado peores en innumerables películas), pero también hay que reconocer que el final es redondo y cierra bastante bien si es que uno no le busca el pelo al huevo, y la verdad es que luego de tanta adrenalina y diversión, ya no importa demasiado y hasta puede que se nos termine cayendo una lágrima.
Para ir cerrando la reseña: hay frases que a estas alturas no son sino lugares comunes, como "risas a granel" o "a pura adrenalina", pero desgraciadamente no se me ocurre otra frase para describir esta película: 100 minutos a pura adrenalina. Eso sí, no hay risas a granel, aunque hay mucho humor y, como si fuera poco, mucho corazón.
Recomendada si:
- Te gustan las películas de acción, con peleas coreografiadas, persecuciones en coche, tiroteos, explosiones y alguna que otra tía buena.
- Has visto The A-Team (2010) o The Grey (2013) y te dejaron buen sabor de boca.
- Te cae bien Frank Grillo.
Contraindicada si:
- Aborrecés a Frank Grillo y le deseás la muerte. (Aunque, pensándolo bien, en esta película lo matan muchas veces y de mil maneras distintas, así que a lo mejor te gusta, después de todo.)
- Odiás el cine, los videojuegos, y posiblemente los cómics. De ser así, ¿por qué estás perdiendo el tiempo en este blog? Te dejo el enlace para una página de gatos.