ASTERIX LEGIONARIO (Asterix légionnaire)
Editorial: Hachette Livre
Año de Publicación: 1967
Guionista: Rene Goscinny
Dibujante: Albert Uderzo
Reseña: Ñoño Cool
Hace tiempo hice una pequeña reseña a “Asterix en Bretaña”, un comic con un peso emocional para mí, ya que era el primer comic que leí a la edad de 7 años, con el que descubría este mundo que son los tebeos, eso me empujó después a Superman, Condorito, Batman y Mampato; y ha llegado la hora de volver a tocar otro comic del galo invencible.
Siempre he sido un estudioso de la Historia, mi especialidad es lo referente a Grecia y el periodo del Imperio Romano; el género de aventuras y exploración me fascina, y nunca hace mal una buena cuota de humor y parodia; por esto me he hecho un fan acérrimo de Asterix y soy dueño de cada comic oficial del personaje. Y el primero que obtuve como les dije fue “En Bretaña” pero el primero que compré con mi propio dinero al tiempo después de “Legionario”.
El séptimo tomo de Goscinny y Uderzo siguiendo las aventuras del pequeño galo, y cuenta la decisión de él y su amigo Obelix de unirse a la Legión romana después de que uno de los amigos de la villa – Tragicomix - fuese capturado por ellos. Puede que la trama suene tal como “Asterix Gladiador” pero “Legionario” tiene muchísimo más humor, imaginación, y todo se siente como en una escala más grande. Esto porque vemos a nuestros dos héroes uniéndose a un grupo de soldados en entrenamiento, pertenecientes todos a diferentes etnias de países exóticos en las legiones de África.
Los compañeros de Asterix son un egipcio, un bretón, un belga, un griego y un godo, y todos tienen personalidades muy marcadas y formas diferentes de comunicarse que dan a confusión y conflictos con el duro centurión que los entrega; con esta premisa los chistes se escriben prácticamente solos.
Otra cosa genial son los nombres que se les dan a los personajes, no conozco los de francés pero los en español o en inglés son siempre fantásticamente imaginativos, por ejemplo el chico a rescatar se llama Tragicomix, su novia es Panacea en ingles, y esos son solo una pequeñísima muestra de los perfectamente nombrados personajes que sacan sonrisas solo por eso.
Hay humor de tipo parodia, juegos de palabras, los nombres, problemas de entendimiento entre los personajes y más de ese genial estilo que poseen estos comics. Incluso hay muchos guiños a la cultura popular como gags visuales, pero a diferencia de “En Bretaña” no son tan universalmente comprensibles y solo se pueden captar si eres francés. Tal vez solo se pueda comprender aquel donde el belga se saca el casco.
El dibujo es inconfundible, está en una simbiosis tan perfecta con el guión que Venom siente envidia. El un juego de colores y detalles es genial, puedes reconocer la villa gala desde 10 kilómetros de distancia gracias a la maestría con la que fue diseñada, todo tiene un toque de jovialidad y realismo, cada extranjero tiene su diseño distintivo que resalta las características exageradas que se les pretende dar, lo mismo sus globos de texto, todos son reflejos de las personalidades de quienes hablan con ellos; los paisajes crean una atmósfera especial a pesar de ser en gran parte desierto, el diseño caricaturesco permite entregar un sentido de la inocencia y diversión bastante alto a todo lo que sucede, y el estilo de cada rostro en todo el comic es algo tan simple pero bien ejecutado que sus facciones ya están grabadas en la cultura popular.
Como todo comic de Asterix, este termina con un final feliz, donde todos comen jabalí en esa enorme mesa de madera celebrando un trabajo bien terminado. Lo que esto tiene y los otros no es que en su camino a casa, Asterix y Obelix le entregan sin querer una victoria al César sobre sus enemigos en África, ayudando sin querer a su más grande rival.
Una cosa que más me ha fascinado sobre el Cesar de Goscinny y Uderzo es que trata a sus oponentes con tanto respeto y calma. A veces le gana su temperamento pero siempre habla con Asterix casi de igual a igual e incluso cuando pierde ante ellos lo reconoce de manera calmada y respetuosa; uno diría que el líder del Imperio más poderoso de ese tiempo que era gobernado con puño de hierro y que no perdonaba a ninguna ofensa que se le hiciese (sino pregúntenle a los piratas que lo secuestraron en su juventud, les dio el tratamiento Jesucristo) reaccionaría de manera diferente con los tipos que son una constante espina en su zapato… pero no, siempre calmo con ellos. Tal vez es eso lo que hace tan interesante al Julio César de este comic.
“Asterix Legionario” creo es el punto donde los autores demostraron el nivel real de talento que tenían, ya que a pesar de lo temprano del trabajo es lejos de sus mejores entregas, todo en él deja en claro que ellos le pusieron el máximo de creatividad y empeño. Creo poder decir sin equivocarme que este es el mejor tebeo de Asterix jamás publicado (a mi gusto, claro) y que siendo el tomo 9 de muchos por venir, fue el que transformó a la villa de los invencibles galos allá por fines de los 60's en el ícono cultural y clásico del comic que es hoy en día.
Y eso no significa que los otros estén muy apartados de este en calidad, sino que casi todos están básicamente en el mismo espectro y solo por pequeñas cosas unos destacan por sobre otros como es el caso del presente tebeo. Donde todos los demás cuentan con elementos muy entrañables y genialmente manejados, aquí están ejecutados casi a la perfección.
El sentido de aventura aquí, el humor, el dibujo, todo ello hace que tal como cualquier número Asterix, se pueda releer una y mil veces, y personalmente uno de los que más hojeo cuando puedo. Doy gracias a mi tío de Argentina que nos vino a visitar a Chile y me trajo un tebeo bajo el brazo, insertándome en el fantástico mundo del comic y sembrando una pasión que crecería con los años. Un tebeo que se puede leer por grandes y chicos, niños y adultos y que es totalmente recomendado para cualquier fan del personaje.
9/10
Post: Asterix El Galo