CRÓNICAS DE LA ERA GALÁCTICA - VOL. 1 + VOL. 2
Editorial: Soleil Productions
Fecha de publicación: 2004 - 2006
Guionista: Valérie Mangin
Dibujante: Thierry Demarez (vol. 1) - Aleksa Gajic (vol. 2)
Reseña: Ñoño Cool
Hoy les traigo una cosa bien especial, pues ahora decidí revisar un fascinante "elseworld" de la mitología greco-romana. Aquí se reimagina el tema de los dioses y las viejas aventuras de héroes como Odiseo y Eneas, o villanos como Atila, en medio de no una guerra en el mediterraneo y alrededores, sino que a lo largo de sistemas solares y galaxias, donde ciudades se vuelven planetas, y los monstruos de fantasía toman tintes de ciencia ficción.
Me lo encontré hace un buen tiempo en una librería en la sección de comics europeos, lo vi y me llamó muchísimo la atención dada la portada, y lo que prometía. Lo hojee un poco y ya sabía que me lo iba a comprar si o si, conceptualmente parecía justo lo de mi tipo… hasta que revisé mis bolsillos y donde debería haber dinero solo salieron polillas. Tuve que esperarme a que lo subieran en digital en este blog de Arsenio para leerlo y sacarme las ganas; pero luego como chico bueno lo compré cuando por fin tuve algo de esas preciadas dracmas para gastar en mis comics.
Los dos volúmenes a revisar forman parte de una serie de comics tituladas como “Las Crónicas de la Era Galáctica” e incluye 4 series: “El Último Troyano”, “El Azote de los Dioses”, “Imperator” y “La Guerra de los Dioses”, todo escrito por Valérie Mangin y una línea rotativa de dibujantes. En el corazón de la obra podríamos decir que se reimaginan trozos de la Eneida, la Ilíada, la Odisea y la historia del Imperio Romano pero en versión space opera en el espacio profundo.
Analizo solo los primeros 2 por una razón extremadamente simple: no he podido encontrar en español o inglés los subsiguientes, ya que al parecer existen solo en el francés original por la web. Puede que esto se deba a que no soy lo que digamos muy ocurrente para buscar en google y dar con los volúmenes que continúan este mundo, pero eso es lo que tenemos y por ende lo que voy a reseñar.
El primer volumen se titula “El Ultimo Troyano”, y comienza con los reyes griegos aqueos reuniendo toda su flota espacial para atacar el planeta de Troya la Troglodita, que resulta ser la más rica en recursos de todo el cuadrante galáctico. Pasan 10 años y la balanza no se inclina hacia ningún bando ni siquiera con las avanzadas armas láser, los jets de combate o incluso la ayuda de los dioses, los soldados solo siguen muriendo en vano y languidecen.
En esta situación Eneas el estratega troyano tiene las manos llenas, ni su madre Afrodita le puede ayudar y ya no sabe qué diablos hacer. Solo maldice a Helena por causar el conflicto y al rey Odiseo por no dar su brazo a torcer y utilizar su astucia para darle la vuelta a muchos combates. Todo se ve negro hasta que algo extraño sucede.
Los aqueos abandonaron en algún punto el asedio, se fueron todos y nada más queda excepto que un asteroide flotando en el espacio con la forma de un caballo. ¿Será un símbolo de su derrota u otra jugarreta de Odiseo para darle esquinazo y ganar el conflicto de una vez por todas? Esa encrucijada a la que Eneas es enfrentado es solo uno de los muchos relatos que el poeta Virgilio le cuenta al Emperador universal Augusto, para que conozca en el lejano futuro como fue que nació la Roma Galáctica.
Manguin fusiona la mitología clásica con naves espaciales, y mitos como el del diluvio universal (la versión griega, no la judeo-cristiana) con elementos futuristas, todo perfectamente orgánico y balanceado, nada se siente fuera de lugar o forzado, y la lógica interna jamás se traiciona a sí misma. La lectura es ágil, dinámica y muy cautivadora, y como son relatos del pasado contados a modo de lección para el Emperador romano sobre cómo se fundó Roma naciendo de las cenizas de la Troya espacial, siempre mantiene un tono de tragedia griega con dioses muy caprichosos y egoístas, amores condenados antes de comenzar, traiciones y su buena dosis de muertes.
El primer arco argumental se enfoca sobre la caída del planeta Troya en manos de Odiseo y sus soldados con armas láser y aparatos voladores llamados Ícaros. Aquí y durante todo el primer volumen son los griegos de Odiseo y Aquilles los villanos, y los troyanos de Eneas nuestros protagonistas. Él tendrá que huir de su mundo condenado, y llevar a los sobrevivientes hasta otro planeta lejano ya que los dioses le han prometido que él será el fundador de la Roma Galáctica.
Eneas es un protagonista perfecto para una space opera, y el trabajo en diálogos e historia que Valérie Mangin le entrega a su creación la dota de muchísima fuerza. Todo es muy familiar al mismo tiempo que nuevo, es como estar leyendo a Homero fusionado con Ray Bradbury, y por eso quieres seguir leyendo y jamás parar hasta que te topes con la página final para conocer la resolución de las cosas y el final del viaje.
En el segundo arco “La Reina de las Amazonas” Virgilio usando la épica de Eneas nos trae la lección de que ambos géneros femenino y masculino son igual de valientes guerreros y ocultan sorpresas, mezclando el destino de otro planeta cayéndose a pedazos por culpa de la terrible criatura mitológica conocida como Medusa, y todas la tecnología del futuro de los Troyanos y Amazonas será suficiente para hacerle frente.
El tercero conocido como “Los Lotófagos” presenta la dualidad que existe en la naturaleza, esa ambivalencia que se puede mostrar nutritiva y protectora, así como peligrosa y cruel; jugando con el tema de la drogadicción y fármacos por sobre la voluntad en medio del Ojo de Ceres, y qué es lo que pasa cuando uno de los dioses quiere pasarse de listo con otro jugando con el destino de sus peones humanos.
Después aterrizamos a Cartago, donde se enseña que el destino es inevitable no importa que tan avanzada sea tu civilización y cuantos avances increíbles poseas. Es una historia de amor y desamor, profecías, ciudades robóticas secretas que son espejo de las humanas, y muchos otros conceptos de este sci-fi mitológico.
Pasando eso viene mi capítulo favorito. Más que nada porque Hades es mi dios favorito de la mitología griega por cómo se configura el mundo de los muertos en la antigua Grecia; y el giro que aquí se le aplica es fantástico. Por ejemplo el Tártaro son un montón de estrellas que con su gravedad gigantesca mantienen encadados a los monstruos, y asteroides rondando ahí con gente recibiendo su castigo; y el río Estigia es como una Vía Láctea que se mueve por el espacio profundo a lo largo de un agujero negro
Y esa es solo una pisca de las reimaginaciones que se realizan siendo la mejor la sobre el mismo Hades, quien pasa de ser el terrible dios de la muerte a quien tenerle terror, a un dios de la… digamos, felicidad, muy diferente a cualquiera de los egoístas olímpicos. Mientras estos son omnipotentes pero muy infantiles y con defectos mortales en su carácter que deciden jugar con nuestras vidas como si fuéramos muñecos, Hades nos ama y cuida.
Finalmente en el capítulo que concluye este volumen llamado “Roma” se toca el vegetarianismo, la necesidad de cooperar entre diferentes tipo de gente, el no tener que alienar el pasado para construir un futuro, y más. Todo esto mostrado con una historia donde los dioses manipulan y destrozan un planeta completo de gente que transforman en dinosaurios para que Eneas funde Roma sin intervenciones; y como Atenea y Diana se quieren cortar la cabeza la una a la otra.
La idea de transferir la épica antigua al futuro se ha visto en el cine y la tv, siendo un ejemplo bastante conocidos unos dibujos animados conocidos como Ulises 13, pero este comic si bien está enfocado a un público joven como la caricatura, se les pide más madurez intelectual a los lectores, ya que aquí existe una mezcla exquisita de elementos que incluso se dan el tiempo de lanzar comentarios a la sociedad moderna en la que vivimos.
El talento de Mangin en usar los mitos antiguos y actualizarlos le deja un sabor cinemático que me hizo tener ganas de verlos adaptado a la animación o incluso una serie live action en HBO, pues simplemente hay demasiado material dentro de cada página, y el universo es expansivo y rico en contenido como pocos.
El dibujo de Thierry Démarez es increíble, su dibujo es muy expresivo y detallado, cada composición y trabajo de panelado es buenísima en especial cuando rinde homenaje a los estilos de arte vistos en la antigua Grecia y Roma, su puesta en escena y narrativa visual le entrega toda la fuerza y fluidez necesaria para que se lea rápido y te atrape.
El volumen 2 por su parte se llama “La Ira de los Dioses” y parte en un universo donde el Imperio Romano Galáctico ha vivido en paz desde hace ya 1.000 años, al punto de que todos los habitantes creen que no existe ninguna especie civilizada fuera de Roma, y que esta no tiene ni principio ni final, que no fue fundada sino que siempre ha existido.
La tranquilidad no dura mucho, pues a lo largo del cosmos se extiende una noticia aterradora: los hunos han saqueado el planeta provincial de Aquincum, y dirigen su asalto a la capital del Imperio. Sumado a que el Emperador mismo muere antes de poder alistar sus legiones, Roma empieza a ceder más y más terreno ante los bárbaros espaciales.
Para calmar las aguas acceden entregarle 12 de sus jóvenes patricios como sacrificio a la diosa que los hunos adoran llamada Kerka, y estos son quemados en el altar del gran templo mientras todos los bárbaros gritan de felicidad. En ese instante un milagro ocurre: Kerka regresa reencarnada a la vida como uno de esas víctimas a sacrificar.
A partir de ahí se cuenta la batalla del patricio Flavio Aecio contra Atila, pero transportado a las batallas espaciales, con arquitecturas imposiblemente avanzadas, sumándole bestias mitológicas gigantescas y poderosas con toques de sci-fi en una historia de guerra sin cuartel que pone estrategia, superioridad numérica y tecnológica que contiene varias sorpresas en el camino que tocan las raíces históricas reales del conflicto y una reimaginación tecnológica de los mismos dioses del panteón griego.
Este volumen es más conciso y se centra en 3 arcos específicos que no pienso contar porque a diferencia del otro volumen donde la gracia está en la ejecución y el contenido dentro, por lo que no hay drama en detallar el contexto pues no se arruina nada; en este caso es mejor dejar la premisa poco detallada para que el lector lo disfrute al máximo.
Su planteamiento tal como la otra obra bebe de muchas fuentes clásicas de ambos géneros que combina aquí, pero se sigue leyendo como algo fresco y original. El ritmo es rápido y mantiene tu interés a pesar de meter un montón de información en un espacio tan compacto, pues se logra hacer que la exposición esté tan bien dosificada e hilada en la trama que no causa molestia, sino que al contrario, te deja siempre queriendo más y más.
Los personajes son muy bien construidos, los diálogos e interacciones se sienten naturales, y el sentido de diversión, aventura y tensión se mantiene hasta el último arco. Creo que es ligeramente menos interesante que el volumen pasado, pero eso se debe más que nada a que la mitología clásica me llama la atención más que el conflicto histórico que involucra a Atila; lo que no significa que sea algo malo, pues su calidad argumental es altísima.
En cuanto al dibujo esta vez está a cargo de Aleksa Galic, y su trazo es espectacular, su paleta de colores y el estilo acuarela con ligeras influencias del manga japones le viene como anillo al dedo a las recreaciones espaciales de Roma y el espacio lleno de naves, ciudades y batallas galácticas. Su versión del Olimpo es de lujo, y creo que más de alguna de sus composiciones se quedarán en la memoria de quien se dé el tiempo de leer estos comics.
Para mí, ambos volúmenes son una lectura imperdible, magníficas reimaginaciones que ningún fan de los mitos clásicos y las space opera debe dejar pasar. No creo que ninguno se vaya defraudado al terminar, y estarán igual que yo ansiando poder leer los otros dos volúmenes que cierran la tetralogía de las Crónicas de la Era Galáctica (¡Si los encuentran avísenme!) con muchas ganas. Este es un tebeo recomendado encarecidamente.
El Último Troyano: 9.5/10
La Ira de los Dioses: 9/10
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