NANKIN: CIUDAD EN LLAMAS
Editorial: Dark Horse
Fecha de publicación: 2015
Guionista: Ethan Young
Dibujante: Ethan Young
Reseña: Ñoño Cool
Pongámonos un poco en contexto antes de entrar en materia. ¿Japón era un país bastante diferente antes de la Segunda Guerra Mundial cierto? No era conocido todavía por su porno con tentáculos o héroes de anime con una y mil transformaciones para darle poderes, sino que eran uno de los grandes expansionistas imperiales que quería hacerse con su tajada del mundo
Quería dominar toda Asia continental y cada país insular que estuviese al alcance de los militares nipones. El país del sol naciente atacó la península de corea, filipinas, y muchos otros lugares bajo la bandera del gobierno Meiji, pero el país que lo pasó peor en cuanto a masacres civiles y terrenos invadidos fue China.
Si bien ningún habitante de los países que cayeron bajo la bota nipona tuvieron un buen trato, transformándose en ciudadanos de segunda clase en sus propios hogares al verlos como razas inferiores; China es la que más víctimas dejó más que nada por su alta cantidad de población y por la histórica complicada relación entre Japón y ellos.
Y uno de los hechos más horrendos entre ambos países por lejos fue la masacre de Nankín que sucedió entre Diciembre de 1937 hasta Febrero del año siguiente, y puso las víctimas civiles por sobre los 300.000. Otra cosa que empaña con sangre esta monstruosidad fue que todos los altos mandos chinos al enterarse de lo que se les venía encima huyeron sin avisarle a sus soldados y ciudadanos comunes, quienes quedaron atrapados dentro de la ciudad amurallada no solo sin protección, sino que sin liderazgo e información sobre cómo proceder, siendo básicamente blancos con una diana en su cabeza.
Los soldados que quedaron ahí con la gente intentaron hacerse pasar como civiles camuflándose entre ellos para entrar en la zona segura que los japoneses ya tenían controlada, pero lo único que eso significó fue que la población china era blanco de 2 ejércitos en vez de uno, ya que aunque se esforzaban por protegerlos de los japoneses terminaban como consecuencia siendo escudos humano.
Ethan Young toma esta masacre para su obra y nos entrega un relato sobre aquellos olvidados en las llamas y como el honor chino prevalece en aquellos que mantuvieron sus posiciones. Es una denuncia hacia las atrocidades cometidas así como un homenaje hacia los que tuvieron que vivírlas en carne.
Los protagonistas son el soldado Lu y su capitán, quienes después de tener que abandonar a uno de sus compañeros que cayó muerto, tienen que moverse a través de cadáveres y ruinas que dejó el paso del ejército japonés hasta la zona segura. El problema es que su escape se verá truncado no por enemigos sino que por su propia fibra moral, al ver las crueldades que se comete sobre su gente como violaciones y torturas, no pueden quedarse quietos y se obligan ellos mismos a intervenir.
Con ellos veremos los horrores, las injusticias y la cruda realidad que representa la guerra transformándose en una historia verdaderamente desgarradora, trágica y muy intensa, el lector se sumerge de inmediato en lo que va descubriendo y creo que solo alguien sin corazón podría hojear las páginas sin sentir ningún tipo de dolor.
Experimentaremos todas las cosas que alguien debe hacer para sobrevivir ante tales circunstancias como es dejar morir ancianos o aprovecharse de mujeres con hijos y poner sus vidas en riesgo para llegar a la zona segura. El bando japonés es mostrado claramente como unos salvajes asesinos que aprovechan la oportunidad para desatar todo su sadismo con la gente y divertirse de maneras brutales con ellos; excepto un soldado que solo quiere matar al enemigo y ya, cumplir con su deber más no dar rienda suelta a tales excesos.
Se apunta por el factor humano para transmitir las emociones de dolor, impotencia, disgusto y sufrimiento a través del dibujo en blanco y negro estilo manga que ocupa achurado y los detalles más simples y realistas; pues los diálogos aunque precisos dejan que sean las imágenes las que hablen y nos entreguen la potencia de la historia; cosa que se logra con creces gracias al trazo excepcional.
“Nankín: La ciudad en llamas” es un relato crudo, que es fácil de leer gracias a la narrativa visual, pero que se puede hacer difícil de digerir para los más sensibles ante la tragedia enseñada. Se explora tanto las virtudes como el peor lado de la condición humana, las miserias que trae la guerra y la cosificación de las personas cuando el bando ganador se cree pertenecer a una raza superior. Una obra que remueve las conciencias y que a más de uno puede dejar afectado luego de pasearse por las atrocidades del genocidio, es un comic buenísimo aunque no debe tomarse a la ligera.
8/10
Enlace Externo: Nankin La Ciudad en Llamas